Ven y acompáñame y serás mi aliado en estas palabras que quedarán grabadas en lo más profundo de tu ser, tu corazón, y en donde en parte te darás cuenta de que si estás sujetado a la mano de la roca que es Cristo Jesús, lo imposible no existe.
Qué dulzura y sensación son tus besos! Como humedeces mis labios con tu boca, con tus labios me dibujas un te quiero… Navegando desde mi cuello hasta mis senos;
y mi piel se estremece en un enorme cosquilleo al sentir tu tibia lengua en mi invierno.