viernes, 7 de mayo de 2010

EMPAÑADA


Desaliento y desamparo se hunde en un lamento, con aquella pena que nubla en sus ojos la alegría… Grita impaciente por conseguir aliento, aún sabiendo que nadie la escucha… O que quizás está entre corrientes…

En espera siempre de ser escuchada aunque sea por el alma más lejana y que venga a socorrerla como un héroe entre las tinieblas de su enorme tormento…


Misericordia para ella por cada lágrima que brota de su corazón buscando desahogo y que con las mismas su rostro queda ahogado…




Oh! cuanto llanto brota de ella reclamando piedad y justicia como cualquier planta seca que reclama agua y abono para dar sus frutos… Ella saldrá a flote hacia la superficie y pisará suelo firme.

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Para las damas que no se sienten con la voluntad ni la fuerza de escapar de las garras de algún león o de los colmillos de algún vampiro.