MAMI HERMOSA

Allí estaba oscuro aunque muy tibio, me iluminaban tus ojos y tus adentros acariciaban mi sensible cuerpo… Soñaba tantas cosas y te imaginaba hermosa, con el olor de una flor, con el color de alguna rosa, con tu voz tierna, con tus manos estremecedoras… Me tuviste nueve meses, en esa enorme panza, me dabas de tus caricias, de tus palabras hermosas, me alimentabas de ti para poder resistir y llegar hasta mundo para poder tangiblemente llegar hasta aquí y así poder sentirte y sentirme tú a mí.

Y llegó el momento esperado de conocer este mundo, el de conocerte, me acurrucaste en tus brazos, me protegiste demasiado y no tuve miedo de perderte, porque supe que eras mi madre y por decirlo de alguna manera sabía que iba a poseerte.
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Y serás siempre ella, la dama más hermosa, sabia y hasta gritona a veces… La que me dio la vida, la que me iluminó en mis momentos, la que estuvo ahí presente cuando más la necesité, la que fue mi soporte y la que sigue siendo mi resorte.

Foto: Rosas preciosas (del autor).