Presente siempre.

En enojo tú controlas mi ira.
En lamentos me das la alegría.
Intranquila me llenas de paz.
En desánimo me traes ilusión.
En pruebas me das la salida.
Tú peleas por mi en la guerra.
Tú ganas por mi la batalla.

Y así salgo vencedora, pero soy débil y vuelvo a caer.
Caigo pero de nuevo apareces tú y me dices:

Puedes caer un ciento de veces y si reconoces tus faltas y tus debilidades siempre estaré ahí, te sostendré en mis brazos, te levantare, seguirás hacia delante, soy tu padre, tu guardián y tu protector, en las pruebas, adversidades, en las buenas y en las malas, siempre ahí, siempre yo, el que nunca cambia, eres mi hija no te desamparare nunca, estaré a tu lado siempre con tus aflicciones y en tu vida eternamente.
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Gracias Jehová por apoyarme, por no dejarme,por entenderme, porque a pesar de mis faltas, tú nunca me fallas y no desmayas.Te amo mi Dios...Porque sólo tú Jehová me haces vivir confiada.

Foto: cortesía de google.